17 diciembre, 2012

Aeropuerto ajetreado.


-Te extrañaré
-Y yo a ti.
Me dio un abrazo largo mientras yo cerraba los ojos y sentía el calor que emanaba de su cuerpo.

Eran las diez de la mañana en el aeropuerto de Port Spirit.
Mi familia estaba en la sala de espera, con maletas grandes en el suelo y abrigos gigantes puestos. Yo me estaba despidiendo de Oliver antes de que avisaran la salida de nuestro vuelo a St. Thomas. Nuestro viaje que tanto habíamos aguardado por fin estaba sucediendo, faltaban unos días para Nochebuena aun pero queríamos llegar antes pues el cumpleaños de mi abuela era el día 20 y habría una gran fiesta para la cual nos matarían si no llegábamos así que habíamos sacado gorros, bufandas y botas que ya habían quedado al fondo de nuestros armarios para soportar el frío que nos esperaba.

-Será mejor que me vaya ya...mi familia me está esperando y me matarán si perdemos el vuelo por mi culpa.
-Sí...nos veremos en enero-dijo después de suspirar.
-Sí, por cierto, saluda a tu familia de mi parte-la madre y padrastro de Oliver vendrían a Port Spirit a pasar la Navidad puesto que él no sabía aun si podía viajar...su médico se había ido de vacaciones a Nueva York y había dejado la cita para principios del siguiente año. Increíble.
-Claro, y tú cuida de Tony, no se lo vaya a tragar un oso.
-Ya quisiera-dije riendo.

Se escuchó una voz que hizo eco en todo el lugar:
-Vuelo A25 a St Thomas, favor de pasar a la puerta 4.

-Esa es mi señal de salida-comenté en voz baja-Oliver, pasa unas lindas vacaciones.
Me puse de puntillas para besarle rápido y darle un último abrazo.
-Que pases una feliz Navidad, Pauline-me dijo mientras aun me rodeaba con sus brazos.
-Igual tú.
Me acomodé el gorro blanco que traía y me di la vuelta para encontrarme con mi familia, quienes estaban al otro extremo del lugar.
Caminé por el pasillo buscando la puerta 4 hasta encontrarla. Me acerqué a mi familia quienes me estaban apresurando ya, y esperé a que tomaran mi boleto y nos dejarán entrar al avión. Mientras esperábamos en la fila, observé a mi alrededor; techos altos, ventanas gigantes que dejaban ver los aviones del exterior, tiendas de comida rápida, cafetería y masajes express. Empresarios al teléfono mientras caminaban apresurados con una simple maleta negra, madres tomando a sus hijos de la mano mientras trotaban por el pasillo con todo y equipaje, extranjeros un poco perdidos, personas sentadas mientras esperaban que su vuelo estuviera listo y...¿él?

Pensé verlo por un instante, volví la mirada y lo perdí por un momento pero entonces miró hacia donde yo me encontrraba de nuevo y...era él. Realmente estaba ahí. Axell.

Mi hermano me dio un empujoncito pues la fila para entrar al avión estaba avanzando, pero no lo dejé de observar ni un segundo, ni él a mi. Sonrió con todo y sus dientes blancos. Sonreí de vuelta.

-¿Señorita?-una mujer con lentes me miraba mientras extendía la mano hacia mi.
-Ah perdón-le entregué mi boleto y ella separó una parte del papel mientras marcaba la otra y me la regresaba.
Dí dos pasos y miré atrás, pero lo único que vi fue un aeropuerto ajetreado.

08 octubre, 2012

¿Mejor aún?

Troté hasta mi casa, abrí la puerta sigilosamente y saqué mi bicicleta antes de que alguien me viera escabullendome. Escuché risas detrás, seguro mi hermano y sus amigos seguían viendo el partido.
Cuando bajé los peldaños del porche me trepé a mi bici y me dirigí hacia la izquierda, pasé en frente de la casa de mis vecinos y con un vistazo rápido la dejé atrás. Apenas y recordaba dónde quedaba Bleach Cornet pero sabía que de alguna manera u otra llegaría.
Pedaleé rápido, sin mirar atrás, sin pensar en nada más que no fueran mis recuerdos.
Traté de poner las imágenes en orden, todo lo que había sucedido ese día, desde la comida que traíamos en las canastas hasta la ropa que traía Axell ese día, era como si hiciera falta algo, como si faltara una pieza en el rompecabezas, ¿pero...qué?.

Pedaleo.
Semáforo.
Rojo.
Verde.

Crucé la calle sin mirar a los lados, no me di cuenta de eso hasta que escuché un pitido detrás. Frené.

-¡HEY, QUE NO VEZ QUE ESTÁ EN VERDE!
-lo siento-dije con el corazón acelerado por la adrenalina.
Ni siquiera volteé a ver al conductor, sólo seguí pedaleando.
Pero el conductor sí que me había visto.

-¿Pauline?
Me detuve en seco al escuchar mi nombre.
-Ho-hola.
-¿Te pasa algo?-el auto se había orillado al lado de la banqueta donde me encontraba.
-Sí...yo...si estoy bien, ¿qué haces aquí?
Oliver se bajó de su auto.
-Quería sorprenderte...iba a tu casa-me miró confundido-¿qué haces aquí, por cierto?
-Yo...-ni loca le decía la verdad-estaba paseando...quería tomar aire fresco.
Frunció el ceño...justo como lo hacia Ax...
-Te ves...algo alterada.
-No ¿qué? claro que no...sólo estoy agitada por el calor.
-Bueno, ¿ quieres ir a ver una película o algo?
-Yo...-miré el cielo, no me había dado cuenta de que ya estaba anocheciendo, así nunca encontraría Bleach Cornet-sí, claro, vamos...sólo que tengo mi bicicleta.
-No te preocupes, yo la acomodo en el auto, tú sólo ponte cómoda en el asiento.
Le hice caso un poco desorientada, mientras Oliver acomodaba mi bicicleta cerré los ojos un momento...
quizás estaba mal...¿por qué quería regresar a las cosas del pasado cuando mi presente era tan perfecto, tenía a un chico que me quería por quien era y con el que me la pasaba bien, ¿por qué volver a pensar en alguien que ya no pensaba en mi? ¿por qué volver a esos sentimientos agridulces?

-Pa-u.
-¿Sí?
-Lo siento, es sólo que parecías un poco perdida, te preguntaba que si querías ordenar comida china en el departamento.
-Si si, bien por mi.
-O...k.
-Vamos, ¿sí?-traté de estar en el momento-estoy un poco perdida porque...porque...mis padres salieron de la ciudad porque mi tío murió y fueron al funeral...
-¿Qué? no me habías contado eso...¿segura que estás bien?-preguntó realmente consternado...se veía tan adorable al estar preocupado.
-Podría estar mejor pero...sí sobreviviré.
Sonrió y sujetó mi mano antes de acelerar el auto.
Llegamos a Villas y mientras Oliver ordenada la cena entré al tocador, me miré en el espejo...con razón se había preocupado, tenía el maquillaje deshecho, el cabello despeinado y hasta pequeñas plantas de cuando me había recostado en el césped del parque.
Me arreglé como mejor pude, traté de sonreír al espejo para demostrar mi sonrisa de 'estoy perfectamente bien' y aunque no funcionó salí así.

Oliver estaba en la cocina sirviendo jugo de arándano en dos vasos de vidrio, me dio uno a beber antes de sentarse a mi lado en la sala. Me recargué en su hombro mientras él cambiaba de canal al televisor, buscando una película decente y sabiendo que yo no tenia muchas ganas de hablar.

Oliver era increíble, ¿cómo se me había ocurrido pedir algo más?

Lo besé en los labios antes de acurrucarme en su pecho y ver una película clásica hasta quedarme dormida.

19 agosto, 2012

¿Ya lo olvidaste?

Esos ojos que tenía ya algo olvidados.

-¿Recuerdas la primera vez que fuimos a un parque juntos?-sonrió mientras se sentaba al lado mio y miraba a la nada.
Me quedé pasmada al ver a Axell sentado ahí, hablandome como si nunca se hubiera marchado.
-Fue en Bleach Cornet, cuando fuimos con nuestras familias, había un árbol con mangos colgando...al lado de un riachuelo-sonrió un instante cuando lo recordó pero luego agachó la cabeza para jugar con el pasto.
- Axell...¿qué haces aquí?-susurré.
-Nos sentamos bajo la sombra de ese árbol...te platiqué sobre mi vida y tú me hablaste de la tuya...después simplemente estuviste disfrutando todo a tu alrededor, cerraste los ojos y escuchabas el agua correr y cuando los volviste a abrir te estaba observando...comenté que tenías lindos ojos y te sonrojaste sintiendo el calor en tus mejillas que ahora se tornaban rojizas, luego te distrajiste pues viste que tu familia estaba preparándose para irse ya del lugar y los seguiste...aunque te llamé...seguiste tu camino...luego viste un atisbo de algo que parecía enojo en mi voz pero cuando lo notaste lo oculté en un segundo con una sonrisa.
-¿Por qué me estás recordando todo esto?-pregunté confundida-hacía mucho que no pensaba en ese día...ni en ti.
Axell no se alteró en absoluto... comencé a dudar que me estuviera escuchando siquiera...seguía mirando hacia delante...como si estuviera hablando para si mismo.
-Axell...me estás asustando-me intenté levantar de donde me encontraba pero no podía, era como si estuviera pegada al suelo-¿qué rayos?...¡Axell, no me puedo mover...ayúdame!¡Axell...reacciona!.
Estiré mi brazo para agitar el hombro de él, que se encontraba lo suficientemente cerca como para tocarlo, pero cuando lo intenté mi mano atravesó su cuerpo como si yo fuera un fantasma...o como si él lo fuera.
Traté de gritar pidiendo ayuda, traté de moverme desesperada pero no podía despegarme del lugar, sentía mi garganta rasgar, mis piernas inmóviles, mis manos temblaban, sentía frío y entonces una voz...y un sacudido en mi cuerpo...

-Hey...hey...despierta...

Y desperté.

Cuando abrí los parpados la luz cegadora del sol me lastimó los ojos como si hubiera estado en la obscuridad por un largo tiempo, parpadeé varias veces hasta que pude vislumbrar la figura de alguien a mi lado...
-¿Axell?-susurré mientras encontraba mi voz.
-Mi nombre es Marco...pero bueno, ¿te encuentras bien, niña? te sacudías mucho...y pensé que estás teniendo un ataque de algo...pero cuando me acerqué más me di cuenta que estabas durmiendo solamente.
Traté de comprender todo, miré a mi alrededor y noté que estaba en el mismo sitio del parque.
-Gra...gracias, estoy bien-miré a un hombre con canas y con un perro a su lado.
-Seguro tenías pesadillas, ¿cierto?-se puso de pie con trabajo pues había estado arrodillado a mi lado y la edad le estaba cobrando cuentas.
-Algo así-dije carraspeando...sentía la garganta seca y un sudor frío en mi frente.
-Bueno...no te recomendaría quedarte dormida en medio de un parque...¡no lo vuelvas a hacer!-me reprendió como mi padre lo hubiera hecho-ya me voy... Max me espera-dijo refiriéndose al perro gigante que se encontraba olfateando el césped a su lado.

Me quedé en silencio mientras veía al señor y a su perro irse por la orilla del parque, después me levanté del suelo, agradeciendo que ya pudiera hacerlo y caminé instintivamente a mi casa...casi sin pensarlo.

Mientras caminaba repetía en mi cabeza todo el...sueño...un sueño muy real a mi parecer, pues realmente había sentido que...Axell estaba allí...aunque ahora que lo pensaba...esa persona no actuaba como él, ni hablaba como el. Qué raro. Y luego viene lo del recuerdo...había pasado tanto tiempo desde que habíamos ido a Bleach Cornet que ya lo había olvidado casi por completo, pero ahora lo tenía en mi mente como si sólo hubiera ocurrido ayer. Pero ¿por qué? ¿por qué había soñado eso? ¿significaba algo?. Nunca había sido muy creyente de los sueños con significados, para mi todos los sueños eran mezclas que tu subconsciente creaba y ya.
Pero ahora estaba dudando...¿tenía que olvidar ese sueño o hacer algo al respecto?

No tardé ni dos minutos en decidirme.


28 junio, 2012

Fin de semana

-Muy bien niños, su padre y yo sólo estaremos fuera este fin de semana, volvemos el domingo en la noche, dejé una lista de las tareas que tienen que hacer en la casa, Louis está encargado de cuidar el dinero que les dejé para que puedan comprar algo de comida, no tienen permiso de llegar tarde a la casa ni hacer fiestas  y asegúrense de que la puerta de entrada siempre esté cerrada con llave.
-Si mamá-repetimos los tres prontamente
-Y por favor...no quemen la casa-dijo mi padre mirándonos directamente a los ojos.
-Mientras Pau no cocine algo la casa estará a salvo-murmuró Louis para que sólo Alex y yo escucháramos.
Le di un codazo mientras mis padres no veían.
-Bien, será mejor que nos vayamos ya-comentó mi madre mientras veía su reloj-cuídense entre ustedes,niños.
-Si, mamá.
Nos despedimos de ellos y salieron tras la puerta después de que mi mamá repitiera las tareas que teníamos que hacer y que mi papá la apresurara a bajar los escalones.
Unos segundos después Louis ya estaba saliendo tras la puerta con las llaves de su auto en mano y unos lentes obscuros puestos.
-¿A dónde vas?-pregunté mientras tomaba un vaso de la cocina.
-Con unos amigos, no tardo-dijo segundos antes de desaparecer tras la puerta y decir en voz alta-asegúrate de que Alex no se duerma tarde.

Me recosté en el sofá de la sala y prendí el televisor, puse una película de los 80's que encontré en un canal y sin darme cuenta me quedé dormida...

Desperté cuando escuché un golpe y unas pisadas. Me levanté del sofá y me asomé al pasillo que daba a la puerta de la entrada, Louis estaba caminando a la cocina sin haberme visto, tomé mi celular y vi la hora, ya eran las dos de la mañana...

-Mamá no estaría muy contenta de verte llegar a esta hora-había caminado a la cocina en silencio y lo había sorprendido.
-¡Dios!¿Y tu sigues despierta?
-Me había quedado dormida en la sala-respondí mientras me estiraba-como sea, ya me iré a dormir.
-Duerme bien.
-Igual-dije en medio de un bostezo mientras caminaba a la puerta de la entrada y me aseguraba de que estuviera bien cerrada.
Subí al segundo piso y abrí la puerta de la habitación de Alex para asegurarme de que estuviera dormido. Lo encontré roncando así que me fui directo a mi cama y me quedé dormida rápidamente.

Al día siguiente, el sábado, fuimos al mediodía después de que los tres hubiéramos desayunado, nos hubiéramos arreglado y hecho algunas de las tareas que nos dejaron, al estilo de: darle de comer al perro, limpia la cocina, recoge el correo, nos dirigimos al supermercado. Compramos unas cuantas cosas y después fuimos a comer a un restaurante pequeño que servía comida china, después Louis y yo dejamos a Alex en casa de un amigo suyo pues irían a un parque acuático o algo parecido. Cuando regresamos a la casa arreglé un poco mi habitación y decidí que saldría de la casa puesto que los amigos de Louis estaban llegando por montones a la casa, iban a ver un partido de fútbol en la sala y sospeché que sería bastante ruidoso el asunto así que mejor me escabullí después de avisarle a Louis de que saldría y recordarle que la mamá del amigo de Alex lo traería a la casa a las ocho.

Caminé por Sunset St. hasta llegar al parque y me senté en el césped mientras marcaba el celular de Sandy, quería saber cómo le había ido el día anterior pues había dejado a Walter y a ella en una neveria después de que me hablara mi madre al celular y me hubiera aviso que saldría de la ciudad.
Al parecer Walter la había acompañado caminando hasta su casa pues quedaba algo cerca de donde estaban. Se habían llevado muy bien, lo cual me agradaba pues los dos eran mis amigos y quería poder estar con los dos al mismo tiempo de vez en cuando.

Después de hablar con Sandy vi mi reloj, no eran ni las cinco. Cerré los ojos y escuché mi ipod un rato mientras me perdía en mis pensamientos... de repente sentí como alguien se colocaba a mi lado así que abrí los ojos un poco asustada y me encontré con los ojos aceitunados que más me gustaba ver.



25 mayo, 2012

Cambios

-Me alegra que hallas podido venir
-Si, gracias por invitarme-abracé a Sandy feliz-moría de aburrimiento en mi casa.
-Bueno, no puedo decir que sea la persona más divertida del mundo pero una película de comedia arreglará las cosas.

Entramos al cinema y compramos los boletos, palomitas y bebidas. Estaba agregándole picante a las palomitas cuando volteé a mi izquierda y vi a Walter, lo saludé de lejos pues estaba en el extremo contrario del lugar y me respondió con una sonrisa rápida...no parecía feliz así que decidí acercarme a el por si necesitaba algo...

-Hola Walter, ¿cómo estás?
-...bien-se ajustó los anteojos-¿y tu?.
-Muy bien, vine a ver una película con una amiga-intenté encontrar a Sandy con la mirada pero no la vi por ningún lado-tu ¿esperas a alguien?
-Si...bueno no lo se...llevo más de media hora esperando y no contesta mis mensajes-oprimió un botón del celular que estaba casi aplastando en su mano.
-Tal vez...se perdió...y se terminó la batería de su celular-definitivamente no era buena animando a personas
-Pauline, creo que ni tu te crees eso-levantó una ceja-hay más posibilidades de que un alíen la haya raptado.
No sabía si reírme o no así que sólo sonreí.
-Bueno, la película comenzará ya y aun tengo que encontrar a mi amiga, será mejor que nos vayamos.
-¿Nos?
-Sí, tu vendrás conmigo, según he escuchado los aliens tardan un rato en devolver a las personas a la Tierra así que podrías tener que esperar aquí por horas.
Sonrió y después cerró los ojos como si estuviera pensando intensamente.
-¡Vamos, no se te vaya a quemar el cerebro!-lo jalé del brazo y lo arrastré tras de mi.

Compró su boleto mientras yo buscaba a Sandy; a quien encontré un par de minutos después. Había recibido una llamada de su abuelo y se había colocado en una esquina del lugar, en donde había unos sillones cómodos pero un poco ocultos.

-Oh por cierto Sandy, encontré a un amigo y resulta que ahora vendrá con nosotras.
-ah...está bien.
Entonces llegó Walter por el lado contrario:
-Ah Walter, ya estás aquí. Ella es Sandy, ¿ya la conocías? va en la AHS también.
-Si, ¿vas en mi clase de álgebra, cierto?
-Sí, y en trigonometría también-respondió ella sonriente
-wow, ¿en serio existe esa materia en la escuela?-pregunté sintiéndome un poco tonta
-si, pero la tomaras cuando estés en Matemáticas III
-eso lo explica todo...soy una papa para todas esas materias.
-ya sabes que me puedes tenerme de tutor si lo necesitas-comentó Walter mientras avanzábamos hacia la sala
-¡si, gracias! lo tomaré en cuenta, ya vienen los semestrales y quizás ocupe ayuda de más.

Entramos a la sala, la película estuvo muy graciosa y todos nos reímos.

Cuando terminó fuimos por una neveria que se encontraba cerca del cine, saboreamos nuestros helados y en medio de una mordida a mi cono, sonó mi celular:

-¿Hola?
-Pauline, necesito que regreses inmediatamente a la casa
-¿Por qué? Habías dicho que podía estar aquí hasta más tarde
-Sucedió algo y tu padre y yo saldremos de la ciudad, tomaremos un vuelo en un par de horas pero necesito que regresas ya para darte algunas indicaciones.
-¿Pero qué sucedió?
-Murió tu tío Benjamín
Mi tío Benjamín era el hermano de mi abuela, hacía un tiempo que tenía problemas del corazón pero siempre tomaba sus medicamentos y asistía al doctor cuando se lo indicaban. Aunque no era muy cercano a el, lo había visto varias veces en mi vida pues vivía en un pueblo cercano a St. Thomas y nos reuníamos para comer con el, mis tíos y primos algunos fines de semana.
-¿Ataque al corazón?-pregunté mientras los ojos de Sandy y Walter me observan atentos.
-Sí, sucedió hace unas horas, así que volaremos a Port Spirit para el funeral. Tus hermanos y tu se quedarán en la casa, regresa para que pueda hablar con ustedes.
-Está bien, ya voy para allá.

-Pau, ¿ocurrió algo?
-tengo que volver a mi casa, mis padres saldrán de la ciudad esta noche porque mi tío abuelo murió.
-Lo siento mucho
-Está en un lugar mejor
Los dos me animaron un poco y me acompañaron hacia la salida hasta que me despedí de ellos y les dije que se siguieran diviertiendo por mi. Después de todo no quería arruinarles su fin de semana.

Cuando llegué a mi casa mis padres tenían ya unas pequeñas maletas en la entrada y todos estaban sentados en la sala, esperando.

14 mayo, 2012

¿Qué hay de nuevo?

Pasaron los meses.
Oliver seguía viviendo en Villas con Tony, quien se enamoró totalmente de Port Spirit, en lo último que pensaba era en Marsellas y cuando lo hacía, sólo era para convencer a su madre que viniera a vivir a este lado del mundo. Pero ella se abstenía de dar una respuesta concreta porque aunque extrañaba mucho a su hijo, seguía teniendo su trabajo en Francia.

Cambiando de familia, dentro de mi casa reinaba la emoción, se acercaba diciembre y todos estaban encantados puesto que iríamos a St. Thomas para visitar a mis abuelos y a gran parte de mi familia. Mi madre no paraba de pensar en que postres prepararía para la cena de Navidad, mis hermanos no podían esperar para volver a esquiar en la nieve y mi padre ya estaba planeando a quien de sus amigos visitaría en nuestra estadía en el pueblo. Yo por mi parte ansiaba volver a patinar sobre hielo y sentarme junto a la chimenea con una taza de chocolate caliente.
Oh, y también Tony iría, junto con su madre. Realmente, muchos parientes irían puesto que sería el cumpleaños 70 de mi abuela unos cuantos días antes de Navidad y haría una reunión con toda la familia. Y conociendo a mi abuela...no sería una fiesta pequeña.

-Así que...¿qué harás tú estás vacaciones?-le pregunté a Oliver mientras tomaba una galleta que me había ofrecido.
-Yo...no lo sé. Hablaré con mi doctor para saber si ya puedo viajar, ¿recuerdas que me lo había prohibido después del accidente?
-Oh cierto, lo olvidé por un momento. Supongo que sí te dejará, después de todo ya han pasado varios meses.
-Sí, eso espero-dio una mordida a una galleta-y si no, bueno, me quedaré aquí y veré El Grinch mientras me como macarons y galletas solo.
-No suena tan mal-reí imaginándome a Oliver tirado en el sofá cantando "You're a mean one Mr. Grinch" con la boca llena de galletas.
-En serio que no, pero sería mil veces mejor si tu estuvieras ahí-me besó en la mejilla-Mrs. Grinch.
-Heeey, no estoy tan verde, insoportable-hice un puchero hasta que me volvió a besar pero terminamos en una pelea de almohadas y con la alfombra llena de galletas.
-A Tony no le gustará esto-dije sin aliento cuando observamos el desastre que habíamos dejado en la sala.
-Ni lo notará-respondió Oliver despreocupado-fue a otra cita con la chica que conoció el otro día.
-Ah si, la que conoció en la heladería ¿cierto?-recordaba que mi primo me había contado emocionado cómo la había conocido.
 Ella trabajaba en una heladería en el centro de la ciudad, y cuando él y Oliver habían pasado por una nieve, Tony la vio atendiendo a un cliente e inmediatamente le gustó. Y le gustó más cuando después de unas horas, cuando terminó su turno de trabajo habían salido a un bar a platicar y resultaron ser muy compatibles.
Esa noche Oliver y yo comíamos una pizza en la sala y Tony irrumpió en el departamento con la sonrisa más grande que jamás le hubiera visto.

-Bueno, aun así será mejor que recojamos este desastre-miré la hora en mi reloj-además ya es tarde, será mejor que me vaya pronto.
-Todavía no son ni las diez y media, Pauline-dijo Oliver inconforme-además Tony no vendrá si no hasta en una hora mínimo.
-Pero...
-Nada de pero, además, si te vas para Navidad, tengo que aprovechar todo el tiempo que tenga contigo ahora-se fue acercando a mi, y cuando su rostro estaba a unos cuantos centímetros y podía sentir su respiración...

-No, espera espera jajajajaja-me había atacado, un ataque de cosquillas-me vengaré Oliver, ¡me vengaré!
No podía detener mi risa, apenas podía respirar y tenía los ojos llenos de lagrimas. Dios, Oliver nunca debió de haber descubierto lo cosquilluda que era yo. Y menos por el hecho de que él, por el contrario apenas y reaccionaba cuando yo lo intentaba atacar de regreso.
Varios minutos y risas (por las dos partes, porque el decía que mi risa era muy...contagiosa?) después, se detuvo y puede respirar normalmente.
-Cielo santo, Oliver, me vas a matar-dije respirando acelerada.
-¿Matar de la risa?-y siguió riendo unos segundos, después me quitó las lagrimas del rostro-esta es la única manera en que te haré llorar.
-Tonto-dije sonriendo.
Después de unos minutos en que sólo estuvimos riendo y diciendo tonterías, recordé la hora y me levanté acelerada mientras recogía los cojines de la alfombra y juntaba las galletas del piso.
-Mala idea tener una alfombra aquí-dijo Oliver mientras trataba de acomodar el lugar también.
-Sí, porque definitivamente la mala idea no fue hacer una pelea de galletas aquí ¿cierto?-dije con sarcasmo
-Claro que no, la culpa sigue siendo de esta alfombra.

Cuando terminamos, tomé mi bolso y me acerqué por un vaso de agua a la cocina antes de irme. Cuando terminé, me recargué en una pared y esperé a que Oliver terminara de hacer lo que estaba haciendo para poder despedirme mientras revisaba que no tuviera mensajes nuevos en el celular.

-¿Qué tal te la pasaste hoy?-preguntó Oliver mientras tiraba las migajas de galleta en el basurero.
-Increíble-apenas y me di cuenta de lo que respondí porque estaba leyendo un mensaje de Matthew en el celular.
-¿Valió la pena recoger el desastre que dejamos?-se acercó a mi mientras ponía un brazo recargado en la pared y el otro lo pasó por mi cabello.
-Por supuesto-guardé el celular y me dediqué a leer los ojos verdes de Oliver.-aunque para la próxima mejor conseguimos una aspiradora.
-O quitamos esa fea alfombra-apenas y escuché esto último porque fue un susurro débil antes de que cerrara mis ojos y me dejara besar por Oliver. Siempre que nos besábamos sentía esta sensación calurosa que recorría mi cuerpo hasta que me daba cuenta de que mi corazón se aceleraba y luego me perdía en mis pensamientos. No estaba segura de qué significaba. Ansiaba más que nada uno de esos besos en los que todo a tu alrededor se detiene y quedas atrapada en ese momento...sin querer saber nada del mundo. Pero...nunca ocurría. Por esa razón pude escuchar el sonido metálico de las puertas del ascensor abriéndose de par en par y los pasos lentos pero ruidosos de alguien.
Quizás si no me hubiera separado de los labios de Oliver en ese momento, el ni siquiera se habría dado cuenta de que alguien había entrado al departamento.

-Buenas noches, tortolitos-dijo Tony mientras pasaba a nuestro lado hacia la cocina
-¿Qué tal tu cita?-carraspeé mientras me quedaba inmóvil, todavía con un brazo en el cuello de Oliver
-Ahora que lo preguntas, ha ido muy bien-se servía un vaso de jugo mientras hablaba casual.
Hubo un silencio incómodo por unos segundos. Aunque Oliver parecía relajado acerca de Tony viendo toda nuestra escena, yo realmente sentía la urgencia de ir corriendo a mi casa. Claro que Tony sabía que Oliver y yo estaríamos aquí y muchas veces pasábamos tiempo juntos los tres pero nunca nos había visto..."juntos juntos" como en ese momento.
-Bueno, creo que es hora de que me vaya-dije mientras ponía mis brazos quietos a mis costados.
-Duerme bien-se despidió Tony sin levantar la mirada y dándonos la espalda para prender el fuego de la estufa y cocinar algo.
-Nos vemos el lunes en la escuela, mon cherie-Oliver me tomó por la barbilla y me dio un beso rápido antes de caminar a mi lado hasta el ascensor y despedirme con una sonrisa traviesa en el rostro.

Que noche.


24 marzo, 2012

Seguimos en las andadas

Había escapado a mi lugar favorito en el apartamento: el balcón. Desde ahí se veía el mar, infinito. Podía perderme al verlo, por eso me gustaba, podía olvidarme de todo al escuchar el sonido de las olas al romper.

-Prometo ser más cuidadoso al surfear-escuché la voz de Oliver detrás de mi-no tienes que preocuparte.
Estaba de espaldas a él, yo seguía observando el mar sin inmutarme.
-Quieras o no me preocuparé-respondí tratando de que mi voz no se rompiera.
-No tienes que hacerlo-escuché su voz más cerca.
-Lo haré, porque me importas y no quiero perderte.
Se quedó en silencio tanto tiempo que pensé que se había ido.
Pero entonces sentí sus brazos rodeándome por la espalda y su barbilla en mi hombro.
-Sabes que tarde o temprano regresaré a Marsellas-susurró en mi oído como si le doliera decirlo.
-Mejor tarde.
Giré para besarle mientras trataba de quitar el pensamiento de tenerlo a un océano de distancia. Sus labios acariciaron los míos suavemente mientras yo lo besaba con fuerza, puse mis manos sobre su cabello y él me rodeó la cintura y movía sus manos lentamente. Pero nunca había llegado la ocasión en que me perdiera en sus besos y olvidara el mundo que nos rodeaba.
¿Por qué las personas tenían que entrar a mi vida y después simplemente...desaparecer?
¿Cuántas veces tenía que soportar esto?
No quería que Oliver se fuera, no quería estar sola...de nuevo.
-No quiero ser sólo un "amor de verano" para ti-dije en voz muy baja.
-Nunca lo haz sido y...-aunque había dejado de besarme seguíamos muy cerca el uno del otro-nunca lo serás.
Sonreí un segundo y me recargué en su hombro mientras lo abrazaba fuertemente.
-Siento haber sido tan pesada contigo-cerré los ojos fuertemente.
-Siento no haber entendido por qué lo hacías-me sujetó por los hombros suavemente, obligándome a verlo a los ojos-tú también me importas, sólo que lo único que me preocupa a mi es que tú vuelvas a tropezar al caminar.
Reí un segundo al recordar la primera vez que nos conocimos, por orgullo había rechazado su ayuda y casi había caído en la acera, pero él había estado ahí para sostenerme y no dejarme caer.
-Sigues Insoportable.
-Y tú sigues con complejo de Detective aun-sonrió antes de volverme a besar.

02 marzo, 2012

No leo mentes.

Un mes después.
No es que me guste presumir ni mucho menos pero...mi vida era bastante buena.
Tenía muy buenos amigos con los que me divertía, una familia que siempre estaba para mi, un chico que me quería...esperen ¿me quería?
Traté de recordar nuestras conversaciones pasadas...si bien me abrazaba y besaba, me tomaba de la mano y me susurraba cosas lindas al oído, nunca me había dicho ni siquiera que me apreciaba, o que me extrañaría cuando se fuera o que...bueno, que me quería. Quizás sólo fuera que le costaba mucho expresarse, si quizás fuera eso...
-Pauline ¡cuidado!-mi padre atravesó con su brazo mi paso.
-Lo siento
-El semáforo estaba en verde y ni siquiera te haz detenido a observar a tu alrededor.
-No pasará de nuevo
Íbamos mi familia y yo caminando por la calle para llegar a un restaurante de comida brasileña, habíamos quedado con Tony y su madre, la cual había llegado un día antes desde Francia, se quedaría unas cuantas semanas en la ciudad, seguramente quería unas vacaciones alejada de Marsella y su trabajo.
-Entren niños.
Pasamos el umbral de una puerta doble, el lugar olía delicioso.
Mi madre buscó con la mirada a mi tía pero no la encontró, nos sentamos en una mesa larga para esperar a los demás. A los pocos minutos llegaron animados y con los brazos abiertos, abrazando a todo mundo. Tony se sentó al otro extremo de la mesa, junto con mi padre, hacíamos muecas el uno al otro mientras mi madre nos pillaba en la acción; nos reíamos por lo bajo y seguíamos comiendo nuestro platillo.
Cuando terminamos, salimos del lugar y decidimos ir por un helado, caminamos tan sólo dos manzanas para encontrar nuestra heladería favorita. Mis hermanos pidieron conos de vainilla mientras que yo uno de chocolate.
-Hey Pau, ¿quieres ir a ver una película con Oliver y conmigo?
-¿En Villas?
-Pensábamos ir al cine
-Oh, está bien.
Nos habíamos acostumbrado tanto a ver simplemente películas en el apartamento de Tony; por el tiempo en que a Oliver no le permitían caminar tanto después del accidente que ir al cine se había vuelto algo insólito.

Después de terminar nuestro helado y despedirnos de nuestra familia, nos dirigimos a Villas Montesol, el edificio en donde se encontraba el apartamento de Tony.
Al abrirse el elevador encontramos a Oliver cocinando pasta, aunque lo habíamos invitado a comer ese día, el se había disculpado diciendo que estaba muy cansado puesto que los días anteriores había estado practicando mucho en la playa (surf) junto con Matthew.

-Hola linda-me sonrió al verme entrar.
-Eso huele muy bien-dije después de darle un beso rápido y observar el sartén que había en la estufa.
-Gracias, ¿qué tal les fue en la comida?
-Muy bien, mi madre regresará en unas horas aquí, la traerán mis tíos así que tenemos toda la tarde libre, podemos ir al cine sin preocupaciones-comentó Tony emocionado.
-Genial, sólo comeré esto y nos vamos ¿si?.
-Suena bien.
Nos sentamos en la sala mientras Oliver comía como si no hubiera probado alimento en semanas.
Cuando me levanté de mi asiento para ir por un vaso de agua a la cocina, vi su plato vacío, lo llevé al lavaplatos y después de beber toda el agua en mi vaso me recargué en la pared, esperando que comenzara a funcionar el aparato.
En eso recordé algo, fui por mi bolsa y saqué una bolsa de galletas horneadas, mi madre las había hecho para Oliver y por poco las olvido, las tomé y busqué a Oliver para entregárselas, probablemente si las dejaba en la cocina en ese momento, Tony las devoraría antes de que las viera él.

Pasé por el pasillo y al entrar a su habitación no lo encontré, vi la puerta del baño abierta y lo encontré  observando su propia espalda desnuda en el espejo.

-Oliver, ¿qué es eso?-me miró sorprendido.
-Ah...eso. No es nada, sólo es un rasguño por practicar ayer.-tenía una raya roja que le cruzaba toda la espalda, no parecía algo sin importancia.
-Tienes que tener más cuidado si no quieres terminar en el hospital de nuevo.
-No es nada de que preocuparse, en serio-me miró seriamente y sin moverse ni un milímetro.
-¿Entonces porque te tenias que poner eso en tu espalda?-señalé la botella con ungüento que había en la orilla del lavamanos.
-Matt me lo recomendó, ¿lo vez? a el le ha pasado muchas veces y sigue vivo.
-Sí, pero también ha hecho una visita al hospital hace menos de un mes, me lo contó todo.
-Pauline, estoy bien ¿si?
-Sólo ponte el ungüento-le ordené.
-Hey no eres mi madre ¿recuerdas?-frunció el entrecejo.
-¿Perdón?
-No tienes que mandarme ordenes todo el tiempo-puso los ojos en blanco
-"Todo el tiempo"-hice un énfasis en esas palabras.
-Si lo haces, quizás tu no lo notas pero yo si.
-Yo no te ordeno nada, Oliver-cruzé los brazos
-No dejes esto fuera de lugar, levanta eso, no olvides esto, cuida aquello ¿no te suena?
-Ahora, si me disculpas.-tomó la botella y puso en su mano una cantidad enorme de ungüento, se puso de espaldas al espejo y trató de ponérselo en la herida.
-¿Es que no te das cuenta?
-Pauline, no leo mentes, ¿recuerdas?
-Olvídalo.-respondí enojada y dejando las galletas a un lado.
Salí del lugar e ignoré su voz llamándome.

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Está muy mal que antes siquiera de pensar qué escribir en la novela pensara en cómo me iba a disculpar por no haber escrito jaja.
Espero que no se hayan dado cuenta de que no había escrito nada por un mes, es sólo que tenía un bloqueo mental por tener tantas cosas en mi cabeza (universidad, carreras, mi futuro en general).
Pero sepan que no tardaré tanto en escribir algo nuevo.
No tendrán tiempo ni de extrañar esto;)
Tengan buena semana.

30 enero, 2012

Dale espacio al presente

-No te preocupes, nos vemos mañana.
-Está bien, mañana nos vemos-me besó en la mejilla y se dirigió hacia el estacionamiento de la escuela.

Era lunes por la tarde, el timbre acababa de sonar, indicando que los alumnos podían retirarse, estaba a unos pasos de salir del edificio, junto con Oliver, cuando vi a Walter, quería recuperar su amistad y no quería tardar ni un minuto más así que en cuanto vi que me observaba y que cambiaba de rumbo, decidí seguirlo.
Caminé estrepitosamente por los pasillos, buscándolo. Los alumnos caminaban hacia el lado contrario, hacia la salida, mientras buscaba a Walter con la mirada. Al llegar al pasillo que se dirigía al patio trasero, alcancé a verlo pero poco después desapareció tras la puerta. Apresuré el paso y salí al patio, en donde había mesas para que los alumnos descansaran o almorzaran, jardines, campo de fútbol y un gran árbol que daba sombra a gran parte del espacio.

Vi a Walter alejarse más, así que corrí hacia él. Tomé su brazo pues cuando lo llamaba por su nombre no respondía. Se detuvo en seco al momento.

-Por favor-dije respirando profundo-sólo escúchame.
Cruzó los brazos y frunció el entrecejo mientras hacía una mueca con la boca.
-Siento mucho que hayas malinterpretado todo, no quise hacerte pensar que no te hablaba porque no lo merecieras o porque fuera "popular", que por cierto no lo soy ni tengo la más mínima ganas de serlo. Siento mucho haberte dejado cuando me necesitabas, haberte fallado,  siento no haberte dado razones de porqué me alejé de ti y más que nada...siento no tener más tu amistad.
-No haz dicho el porqué.
-¿El porqué?
-¿Por qué me dejaste de hablar el año pasado?
Ah, eso.
Vi sus ojos esperando mi respuesta y desvié la mirada.
-Yo...quería darte espacio para que...olvidaras...tus sentimientos hacia mi.
Se quedó en silencio un largo rato, yo no sabía que hacer ni decir.
-No me odies-quizás debería de analizar mejor lo que digo en voz alta.
Walter se revolvió el cabello y acomodó sus anteojos.
-Jamás podría odiarte.
Sonreí.
-Y no te preocupes por lo de mis sentimientos, confundí tu amistad, no debí hacerlo...siento haberte puesto en esa situación, no volverá a pasar...además...ya hay alguien más-se sonrojó y desvió la mirada.
-¿Es en serio Walter?¡No lo sabía! me alegro mucho por ti, ¿quién es?
-Es una chica que conocí en verano...va en otra escuela, se llama Elena. Es...increíble, me entiende, es graciosa, inteligente y según dice, me quiere.
-Me siento feliz por ti Walter, una persona increíble merece a otra persona increíble.
Estuvimos en silencio un momento, me preguntaba como había podido alejarme de él por tanto tiempo.
-Te extrañé mucho.
-Y yo a ti Pau, especialmente cada vez que iba con mi hermana de compras y tenía que esperar por horas mientras elegía un vestido.
Reímos, hasta que recordé cuando habíamos ido a la fiesta de Megan juntos, como lo obligué a ir y vestirse como alguien que no era, lo había llevado con personas que no eran sus amigos...
-¿Qué pasa?-él había notado algo mal en mi.
-Siento mucho lo que ocurrió en esa fiesta, no debí de haberte obligado a ir.
-No te preocupes, dale espacio al presente, olvida el pasado.
No pude evitar abrazarlo, estuve rodeándolo con mis brazos un rato mientras él me daba palmaditas en la espalda, reconfortandome. Sentía las lágrimas bajando por mis mejillas, no quería que él me viera así, aunque presentí que ya sabía lo que ocurría. Quizás por eso no dijo nada y sólo esperó a que me recuperara.
-Siento mucho todo.
-Ya te he perdonado.

25 enero, 2012

NOTA IMPORTANTE

Perdón por no haber escrito y subido entradas nuevas por muchos, muchos días (hasta me siento mal de haber quitado la costumbre de subir uno a la semana) pero entré a clases y practicamente me quedan cuatro meses para terminar el bachillerato, entonces tengo mucho en la mente (universidades) y no quiero tener más estrés del necesario.

No quiero que este blog se transforme en una obligación, quiero que sea un lugar al que venga cuando tengo ideas buenas (y no forzadas) y que me sienta orgullosa de lo que escribo. Así que, quizás no suba tan seguido entradas pero tengan por seguro que no abandonaré esto. No pienso irme de aquí sin haber terminado esta historia. Espero no se cansen  de mi ni me estén esperando ansiosamente.
Hasta la próxima.

08 enero, 2012

Mi amiga Margarita II

-Honestamente, no tengo idea.
Kate frunció el entrecejo.
-Parecía y sonaba molesto-agregó seria.
-Lo se, yo sólo traté de conversar con él pero se puso a la defensiva y...-traté de recordar las palabras exactas-dijo que seguramente yo pensaba que alguien como yo no debería hablar con alguien como el.
Estuvimos en silencio varios segundos.
-Bueno, queda bastante...-no completó la oración.Se quedó inmóvil mientras miraba fijamente algo detrás de mi.
-¿Qué pasa?-volteé descaradamente, ignorando el "¡Pauline no!" de Kate.
Me encontré con la mirada de Arthur, quien llevaba de la mano a una chica.
El sonrió y supe que estaba pensando lo mismo que yo; acercarse a saludar o no.
-No, por favor-oí susurrar a Kate.

-Hola chicas-saludó él sin sonreír de más.
-¿Qué tal?-respondí cortés. Miré a Kate de soslayo, quien sólo sonreía forzadamente e intercalaba la vista de Arthur a su cita.
Silencio incómodo hasta que la chica que no soltaba la mano de Arthur, carraspeó.
-Oh, ella es mi...amiga. Emma.
-Gusto en conocerlas-respondió ella incómoda.
-Será mejor que nos vayamos-dijo Arthur antes de darnos la espalda y sentarse en una mesa al otro extremo del restaurante.

-No puede ser-vi a Kate, quien tenía los codos en la mesa y las manos masajeandose la sien.
-Kate, pensé que todo había terminado entre ustedes desde hace...mucho.
-Si si, se terminó. Pero aun así esto me sigue produciendo jaqueca.
-Terminate la última rebanada de pizza y salgamos de aquí.

Con mi ayuda nos terminamos la pizza completa, pedimos la cuenta y dejamos propina al mesero que nos atendió. Salimos sin mirar atrás y caminamos un rato por la plaza, que estaba iluminada con luces de colores y tenía varias fuentes en movimiento.

-Volviendo al tema de Walter, creo que el piensa que tu te volviste, ya sabes...popular y que por tal razón no le vas a hablar a él...y con razón, hasta yo he notado como lo ignoraste por tantos meses.
-No fue mi intención que pensara así, yo sólo quería que...se olvidara de mi...que olvidara sus sentimientos.
-No puedes matar un sentimiento así, Pauline.
Repetí en mi cabeza varias veces la oración, no puedes matar un sentimiento. Claro que si se puede. ¿O no?.

-Yo sólo quiero su amistad, lo extraño.
-Pues díselo, de frente, sin indirectas ni salidas repentinas. Sí tanto quieres su amistad, empieza siendo honesta con él.
Bajé la mirada.
-¿Y si me odia para siempre?
-¿Estás loca? Él te quería por una razón ¿no? Le agradas, tu sólo...sé tu misma.
-¿Y si no funciona?
-Funcionará.