25 marzo, 2013

St Thomas

Fueron las cinco horas más largas de mi vida, no podía dejar de pensar en él y no sólo tenía preguntas en la cabeza, tenía todos los recuerdos agolpados repitiéndose miles de veces, pues ya no sentía tan lejano los días que había pasado con él, ni los sentimientos que casi había dado por olvidados.

Cuando llegué al aeropuerto de St. Thomas y recogimos nuestras maletas esperamos un taxi mientras mi familia se sentaba en una banca dentro del edificio, guardando calor pues en el exterior parecía congelador, el lugar nos había recibido con una nieve blanca y pesada que se acumulaba en las calles. Yo no podía estar sentada, caminaba de un lado a otro, en parte por el frío pero además porque tenía en mi mente su rostro, su sonrisa, sus ojos.
En eso sonó mi celular.

-¿Kate?-pregunté confundida al ver el número entrante
-Pauline, ¡adivina con quien acabo de encontrarme!
-Déjame adivinar...¿Axell?
-¿Qué?¿Cómo lo supiste?
-Lo vi en el aeropuerto antes de subir a mi vuelo, ¿no te dijo que me había visto?
-...en realidad no.
-oh...-esperé tener un tono neutral-¿hablaste con él?
-Sí, me lo encontré mientras regresaba a mi casa, pero sólo me dijo que acaba de llegar de Irlanda y que estaba muy cansado así que después de despedirnos entró directo a su casa.
-¿Sólo eso?-conocía a Kate lo suficiente como para saber que se guardaba algo
-Bueno, me preguntó si había visto a Arthur últimamente y le dije la verdad...que hacía mucho que no le hablaba siquiera.

-¡Pauline, ya ha llegado el taxi!

-Kate, tengo que irme ahora...mi familia me espera.
-Si si, luego volvemos a hablar...¡cúbrete bien!

Cuando llegamos a la cabaña en donde nos quedaríamos una semana, todos estábamos muertos de cansancio y frío y sólo queríamos cubrirnos con cobijas y dormir, así que después de tomar un chocolate caliente caímos rendidos en nuestras respectivas habitaciones.

A la mañana siguiente me desperté al olor de unos hot cakes y café negro, salí cubierta todavía de una cobija de franela a la cocina desde donde alcanzaba a ver una chimenea que calentaba toda la planta baja. Mientras esperaba a que mi mamá terminara de servir el desayuno exploré un poco el lugar, la cabaña era grande pero hogareña y reconfortante, todas las paredes eran de madera obscura y los muebles de colores cálidos. Desde la ventana que daba al exterior vi la colina bañada de nieve blanquecina y los caminos siendo limpiados por una máquina enorme que raspaba el hielo.

Después de desayunar nos arreglamos y fuimos a visitar a mis abuelos, su casa era igual a como la recordaba pero mis abuelos se veían un poco diferentes, más cansados, aunque seguían con el mismo buen humor de siempre, especialmente ahora porque iban a tener una gran fiesta y familiares vendrían de todos lados, pero mi abuelo ahora ocupaba un bastón y mi abuela unos anteojos más grandes.
Me preguntaron cómo me sentía en Port Spirit, acerca de mis calificaciones y amigos y la pregunta de siempre, que si tenía pareja; mi abuela siempre se preocupaba por quién me mantendría cuando creciera y saliera de la casa de mis padres, aunque le recordara que yo podía tener mi propio empleo y dinero, seguía pensando que necesitaría a un hombre "fuerte y trabajador" que trajera dinero mientras yo cuidaba a mis hijos. Mi abuela y sus ideas. Después de que le dije que estaba saliendo con alguien quedó satisfecha y siguió con la serie de preguntas.

A la hora del almuerzo llegó Tony y mi tía, quienes acababan de llegar del aeropuerto y se quedarían en casa de mis abuelos todas las vacaciones. Así que después de que se hubieran alojado en la habitación de invitados, sacaron un postre francés que mi tía había traído para obsequiarlo a mis abuelos y que al fin y al cabo todos terminamos probando. Mientras mis hermanos planeaban cuando irían a esquiar yo platicaba con Tony, esa casa nos traía muchos recuerdos pues habíamos crecido ahí, mientras nuestros padres trabajaban, mis abuelos nos cuidaban... nos leían cuentos y dejaban que saltáramos en un sillón que hasta la fecha tenían.
Recordaba como una vez habíamos roto sin querer un jarrón mientras jugábamos en la sala y Tony me había inculpado, pero a fin de cuentas mi abuela había visto desde lejos lo que había ocurrido y nos terminó regañando a los dos. Y ahora estábamos aquí, casi adultos, sentados en el mismo sillón medio roto ya, hablando de cosas que nos parecían ya muy lejanas.

Regresamos a la cabaña antes de que anocheciera y todo enfriara aun más, cenamos pan dulce y bebidas calientes y proseguí a subir a mi habitación, tomar una ducha y acostarme un rato mientras me llegaba el sueño, después de todo, el día siguiente sería el día de la fiesta y sería un día muy largo.
No sabía cuanto tiempo tenía dormida ni qué hora era pero cuando sonó mi celular lo contesté aun con la visión borrosa...

-¿Quién habla?-dije con la voz adormilada
-Pau, soy yo...perdón, ¿te desperté?
-Sí, pero no te preocupes, ¿qué pasa Kate?
-Lo siento, sólo estoy en una fiesta muy aburrida con mis padres y pensé en hablarte y contarte algo nuevo.
-Cuéntame-dije mientras me sentaba en la cama y me despertaba más.
-Bueno, estoy en una fiesta de la empresa en la que trabaja mi padre y...¿te había dicho que el papá de Axell también trabaja en ella?
-Noo-eso definitivamente me despertó mejor.
-Bueno, trabajan en el mismo área de la empresa, como sea...el también vino y platicamos un rato porque todos los demás son adultos y moríamos de aburrimiento y bueno, ¿adivina por quién me preguntó?
-Oh Dios-exclamé lo más tranquila que pude.
-Sí, por ti. Le he dicho que estabas bien y que te habías ido a St Thomas con tu familia pero que regresabas poco antes de Año Nuevo y ¿adivina qué dijo?-estaba vez no me dejó contestar-me preguntó si iríamos al Celcamp de este año y que si íbamos podrían verse...bueno dijo "vernos" pero yo se que se refería a ti solamente y...
-espera, ¿ir al qué?
-ah no lo sabes, cada año en la playa se hace una celebración de año nuevo, ya sabes con juegos pirotécnicos y todo eso, algunas personas se quedan a acampar en la playa incluso, es muy divertido, ya he ido otros años.
-¿Y quiere que nos veamos?
-Sí,  bueno, todo mundo va, siempre me encuentro a media escuela ahí, pero deberíamos de ir, sería muy lindo que tú y Axell...
-Kate, no hay un "tú y Axell". Olvidas un pequeño detalle-suspiré-ahora estoy con Oliver.
-Oh.