27 octubre, 2011

Nos necesitamos

Me acerqué a su cama y me senté al lado de él mientras le hablaba en voz baja, no reaccionaba.
Lo sacudí un poco y sólo refunfuñó.
Sabía la única manera en que se despertaría.

Puse mis labios sobre los suyos y esperé a que respondiera el beso.
Lo hizo y después giró su rostro para besarme mejor. Acaricié su barbilla y me separé de él.

-Ya son las once Insoportable, hora de una de tus doce medicinas-reí en voz baja mientras él se desperezaba y bostezaba enormemente.

Me levanté de mi lugar y abrí las cortinas que tapaban la luz, el paisaje de fuera era hermoso, se veía toda la bahía, el mar estaba tranquilo y había unas cuantas nubes en el cielo.

Tomé la pastilla indicada en la receta que tenía en la mano y se la ofrecí a Oliver, mientas que sostenía un vaso con agua. Se tragó la pastilla y bebió el agua rápidamente.

Después se intentó levantar de la cama, se tambaleó un poco así que sostuve su brazo para darle balance.
Me miró sonriente y aun con los ojos un poco entrecerrados por el sueño.

-Buenos días Detective.
Me dio un beso rápido en los labios y caminó apoyado de mi hacia el pasillo hasta que llegamos a la cocina y desayunó mientras que le hablaba sobre temas sin importancia.


Sí. Oliver y yo nos habíamos vuelto más cercanos, aunque a veces discutíamos sobre cosas insignificantes, ya nada terminaba con los dos enojados, ahora, sólo me miraba y a los segundos me callaba con un beso.
Sabía que nunca lo querría de la manera en que quería a Axell, pero aun así, me gustaba estar con él, me gustaban sus besos y la manera tonta en que sonreía. Definitivamente me hacía olvidar a Axell...por un rato, hasta que me imaginaba que podía estar besándolo a él y no a Oliver, y volvía a caer en lo mismo.
Pero aun así...no pensaba tanto en Axell como antes, Oliver me distraía y yo lo distraía a él de su dolor. Realmente los dos nos necesitabamos.

-Por cierto ¿Tony te había dicho que pensaba entrar a mi escuela?
-Sí...habíamos hablado sobre eso
-¿Ah si?
-Sí...puede ser que yo lo acompañe
-¿¡Qué?! Te refieres a que tu también entrarás a la escuela?
-Sí, pero sólo por unos meses...mientras que me curo totalmente y me dan permiso de viajar en avión, el doctor me lo prohibió...no recuerdo por qué razón.
-Aun así, ¿puedes creerlo? Estaremos en la misma escuela todos
-Lo se, pero no te emociones demasiado...sólo será por poco tiempo...
Ignoré lo que había dicho pues pensé en lo increíble que sería mi último año escolar
-Wow, realmente este año en la AHS será inolvidable-dije en una sonrisa
-Sí...-Oliver me miraba con una pequeña sonrisa que no llegaba a iluminar sus ojos como lo hacía normalmente.
Él notó que ya no tenía la misma sonrisa y se acercó a mi y me besó en la mejilla un momento.

18 octubre, 2011

Ya nada es como antes

Los siguientes días, visité a Oliver junto con Tony, él se curaba bastante rápido y unas semanas después lo dejaron regresar a casa.
Acompañé a mi primo y a Oliver al departamento donde los dos vivían, preparamos su habitación pues aun tenía que reposar en cama un tiempo, estuvimos turnandonos para no dejar a Oliver solo, pues a veces necesitaba ayuda para levantarse de la cama o para tomar la medicina que le habían recetado en el hospital.

Traté de ser lo más amable que pude con él, estuve muchas horas acompañándole mientras Tony iba al supermercado o a buscar otras cosas.

Unos días antes de entrar a clases,  mientras desayunaba en la cocina del departamento, Tony se sentó en una silla, en frente de mi, y comenzó a dispararme preguntas:

-¿A qué hora entras a la escuela?
-¿Tienes clases de algún deporte?
-¿Es muy difícil pasar las materias?

Contestaba todas ellas tranquila, cuando le pregunté por qué estaba tan curioso con mi educación, me dijo sonriente:

-Entraré en ella...muy probablemente-guiñó un ojo mientras seguía hablando-seremos compañeros de clase-continuó emocionado mientras tomaba un panqueque de la barra.

-¿En serio?¿Cuándo?¿Por qué?-tenía emociones mezcladas y sólo quería respuestas

-Pues, tal parece que viviré aquí un tiempo más, mi madre me ha pedido que me quede pues su trabajo no le permite estar viéndome mucho y no quería que estuviera solo en Francia...prefiere que esté con mi familia y mejor amigo...aquí en Port Spirit

-¡Eso es genial! Te encantará la escuela, la mayoría de las personas son amables y los maestros son comprensivos.-mientras comentaba todo eso alegre, en mi cabeza sólo tenía un pensamiento insistente.
¿Qué iba a pasar con Oliver?

-Me alegro que estés feliz por esto, no sabía como reaccionarías...

-¿A qué te refieres?¿Pensaste que me iba a enojar o algo así?-pregunté confundida mientras le ofrecía a Tony un plato con panqueques y un frasco con miel de abeja.

-Bueno, ya sabes, nuestra relación nunca ha sido la mejor...

-¿Te refieres a cuando me aventabas bolas de nieve en la cara y me acusabas con mi madre siempre?-sonreía recordando mi infancia.

-Sí, bueno, se que fue hace un tiempo, pero si lo piensas...sólo hace unos meses que nos volvimos a ver y que...nos comportamos más maduros y no quiero que piensas...que yo sigo siendo como antes.-me miraba fijamente esperando mi reacción-espero que te hayas dado cuenta de eso en estos meses...

-Si, bueno, cuando llegaste tenía mis dudas pero me di cuenta de que eras diferente...que habías cambiado para bien, y se que ahora puedo confiar en ti...-le sonreí-sin que me acuses con alguien-reímos juntos y nos abrazamos mientras le contaba los pormenores de la escuela y la ciudad.

Después de que terminamos de desayunar, puse todo en orden y fui a la habitación de Oliver, entré en silencio, seguía durmiendo profundamente, no quería despertarlo pero ya iba a ser hora de que tomara una medicina...

07 octubre, 2011

Un clavo saca otro clavo.

Me quedé inmóvil esperando que no me hubieran visto. Pude reconocer que era un taxi amarillo, se estacionó justo en frente de la casa vecina y bajaron dos personas, luego abrieron la cajuela y sacaron de ella unas maletas gigantes. Caminaron con ellas hacia el porche de la casa.
Pude identificar quienes eran cuando se quitaron unos lentes de sol y me saludaron desde lejos, era la madre de...Axell, no podía recordar su nombre puesto que hacía varios meses que no la veía, parecía cansada y hasta más vieja. La otra persona era más bajita, Mariana, su hija, tenía más parecido a su madre cada día, quien tenía el cabello igual de ondulado y la piel muy pálida.
Hacía tanto tiempo que no las veía. Era como ver a unos fantasmas de mi pasado.

Escuché cómo la señora gritaba algo hacía donde me encontraba pero no pude escuchar nada. Me habían reconocido rápido.
-¡¿Perdón?!-le dije a gritos
-Que haz...-no pude escuchar lo demás

Decidí acercarme a ella pues me pareció un tanto ilógico estar hablando a gritos por la calle.

-Que haz crecido bastante-dijo mientras me abrazaba.
-Ah...si.
-Hacía un tiempo que no te veía ¿cómo está tu familia?-preguntó cordial
-Bien gracias...¿y la suya?-sabía que había sonado más curiosa de lo adecuado.
La señora cambió de expresión en un segundo.
-Sólo hemos regresado porque mi Marianita no quería perderse su primer día de clases.
Observé a la pequeña o ya no tan pequeña Mariana. Parecía perdida.
-¿Y su esposo?
-Él y mi hijo no regresarán por un tiempo-puso una cara larga con ojos apagados
No supe que decir así que mejor decidí retirarme.

-Bueno, será mejor que vayan a descansar, parecen cansadas por el viaje
Me contestó con una pequeña sonrisa y desaparecieron por la puerta de su hogar.

Yo caminé a paso lento los metros que había entre mi casa y la suya, me pasaban cientos de cosas por la cabeza. No era sano seguir estancada en el pasado, con personas del pasado y sentimientos un tanto olvidados pero simplemente no lo podía evitar.

Estuve en "automático" hasta que me di cuenta que estaba sobre mi cama, sin moverme. Inmersa en mis pensamientos. ¿Por qué tenía que se tan complicado? ¿Por qué el amor era así?
Un día alguien tiene tu corazón y al día siguiente lo robaban y destruían.

Pero no podía seguir así, pensando que él volvería y todo sería igual, simplemente no debía, no debería de pensar en él. Tenía que olvidarlo por completo. ¿Pero cómo? No podía eliminar todos los recuerdos y sentimientos.
Aunque...sí podía reemplazarlos.

 Tenía que encontrar algo que me hiciera olvidarlo. Tenía en la punta de la lengua lo que podía hacer, pero sabía que estaba mal. Quizás tendría que ser un poco egoísta y pensar en mi, pero, estaba casi segura de que daría resultado. La respuesta era...Oliver.

01 octubre, 2011

No quiero nada

-Tu...
-Vi suficiente-Tony nos contestó con una mirada pícara
Oliver tosió incómodo.
-Si bueno, nosotros...-no sabía que decir.
-No necesitan explicarlo-se acercó a nosotros y sacó de una bolsa de plástico una caja con un disco adentro.

Estuvimos en silencio sin saber que decir hasta que Tony logró poner el disco y la imagen en la televisión apareció.

Ayudé a Tony a mover el sofá al centro de la habitación y nos acomodamos los tres en él, comimos algunas chucherías distraidos mientras veíamos una película de comedia. Me encontraba realmente incómoda, estaba sentada entre Tony y Oliver inmóvil. Así fue durante toda la película, mientras los chicos se reían a carcajadas con la película, yo al igual que ellos tenía la mirada fija en la pantalla pero no estaba para nada poniendo atención a la trama.

Tenía que lograr aclarar todo con Oliver...y con Tony, pero parecía que los dos eran profesionales en evitar temas.

Cuando los créditos de la película terminaron y mi primo se levantó y desperezó, escuchamos un estruendo, truenos. Había comenzado a llover.
-Creo que será mejor que nos vayamos-me dijo Tony echándome una mirada rápida-Oliver tiene que descansar si quiere recuperarse.
-Si, tienes razón, además el sonido de la lluvia me da sueño así que-dijo las últimas palabras en un bostezo.
-Ya es tarde.-agregué yo un tanto desorientada mientras leía la hora en mi celular.
-Bueno, nos vemos luego hermano-se despidió mi primo de su amigo dándole un abrazo-mañana regreso, te traeré algunos videojuegos o más películas que este lugar es un tanto aburrido.
-Gracias-respondió Oliver mientras se acercaba a la cama y se sentaba en ella, parecía muy cansado y débil, no lo había notado hasta ese momento.

Tony se despidió de mi y salió de la habitación en silencio.

Estábamos los dos en silencio de nuevo, Oliver se había acomodado en la cama, listo para dormir.
¿Me iba a dejar así? ¿Tendría que esperar...otra vez para resolver esto?

-Tenemos que aclarar esto ahora-dije firmemente cruzando los brazos
-Si si...bueno Pauline ¿qué quieres saber?-mientras hablaba se le cerraban los ojos por el cansancio.
-Necesitamos aclarar esto ahora...no me puedes dejar así-me quejé enojada
-Pauline...¿cuál es la prisa? podemos hablar de esto luego pero por ahora tienes que recordar que estoy en un hospital y no hace mucho acabo de tener un accidente así que no tengo mucha energía para...-estaba arrastrando las palabras por completo.
No sabía si ponerme compasiva o no.
Suspiré.
-Hablaremos de esto después.-me rendí.
-Aquí estaré-dijo con ironía mientras cerraba los ojos y se dormía.

Salí de la habitación cerrando la puerta en silencio.
No quería hacer más complicado esto. Además ¿Por qué tanta angustia? Quizás estaba tomándome demasiado en serio todo esto. Además...yo no quería una relación ni mucho menos con ese insoportable.
"No quiero nada." me repetí a mi misma todo el camino hasta llegar a mi casa.

Cuando estaba girando la llave para entrar a mi casa, escuche un ruido a mi derecha...era un auto deteniendose en la casa vecina.

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Siento haber tardado mucho en subir esta entrada pero estaba en exámenes escolares toda esta semana y la pasada:/ La buena noticia es que me fue bien Y que la siguiente entrada la subiré en menos de una semana (se que suena mucho pero a comparación de cuanto tardo normalmente, está bien jaja).

Pasen una bonita semana, ojalá & octubre sea bueno con ustedes;)