14 febrero, 2011

Recuerdo de una robot

***Era mi clima favorito en St. Thomas, la nieve cayendo lentamente desde el cielo, todo el suelo blanco, las montañas pálidas pero hermosas.
Yo me encontraba en mi habitación leyendo uno de mis libros favoritos, con una taza de chocolate caliente en la mano y una cobija cubriendo mis piernas.
"toc-toc"-alguien había golpeada la puerta de mi habitación con los nudillos-soy yo Pau-.
-Pasa papá-respondí distraída.

Él había abierto la puerta y lo había visto con algo en la mano, cuando se acercó pude reconocer un mapa. Comenzó a hablar de su trabajo, de un ascenso, y de mantenernos unidos...

-..y mi jefe me a pedido que dirija la compañía desde Port Spirit-para eso mi padre había sacado el mapa y me había señalado el lugar exacto en donde se encontraba, me había parecido TAN lejano.

-¿¡¡ Qué?!! Pero...y St. Thomas? y la casa y mi escuela y mis amigos, la nieve! que haré sin todo eso!! esto es mi vida, es como si nos arrancaras un pedazo de la piel.

-Habrá una casa para todos nosotras allá, quedará cerca de la playa, Pau, ¿recuerdas cuando me dijiste que amarías ir a la playa?

-Si, ¡pero no para vivir allí!!

-Escucha bien hija, te prometo, te prometo que te gustará. Harás nuevos amigos, y quizás en vacaciones regresemos aquí para visitar a la familia y podrás ver a tus antiguos amigos

Y la palabra "antiguos" me retumbó en la cabeza.
Tenía tan pocos amigos, me había costado tanto conocer personas a las que les agradara...¿cómo se supone que encontraría más amigos en otro lugar?
-¿Y si no?¿Y si no soporto vivir ahí? ¿Podré regresar?...-temblé y me sentí nerviosa

-Quizás, pero yo te conozco y se que te gustará Port Spirit-me abrazó mientras me temblaban las manos-yo te conozco hija-.

Recuerdo perfectamente que no había soltado ni una sola lágrima, no me había vuelto a quejar desde ese día, había actuado como una robot, sin sentimientos.***



-Disculpenme-me levanté de mi asiento y fui al baño, me mojé el rostro con agua fría, me vi en el espejo, me peiné un poco, no quería regresar a la mesa, me giré hacia el lado contrario cuando salí y entré a la biblioteca, recargándome sobre la pared de madera cerré los ojos..

Escuché unos pasos y me enderecé, cruzando los brazos.

-Parece que no soy el único que necesitaba un respiro-era Tony, estaba muy pálido.

Me quedé en silencio. Suspiré profundamente.

-¿Te encuentras bien?-me preguntó en voz baja
No podía ni hablar, sólo lo volteé a ver un segundo y volví a desviar la mirada.

Se acercó a mi.
Tenía la mirada fija en mis ojos, los estaba leyendo, era su especialidad.

-Hacía mucho que no pensabas en mudanzas ¿cierto?-me cuestionó en voz baja
Asentí con la cabeza.

-Descuida, al menos tú, tuviste a toda tu familia cuando te mudaste.
-¿Qué?..tu...Australia...
-Sólo mi padre se mudará a Australia...
-¿Y tú?¿Y mi tía?
-Aún no lo sabemos...la única razón por la cual nos habíamos ido a Francia era por mi padre, pero ahora que, bueno mis padres no están precisamente...felices el uno con el otro, no sabemos a donde ir.
 -¿Por qué no se regresan a St. Thomas?
Tony hizo un gesto como diciendo "ni idea".
-Sabes, no hemos pensado en St. Thomas en un largo tiempo.
-Pero tal parece que tú lo haz recordado hoy, si no me equivoco.                                                        
-Sí, hace tan sólo unos minutos exactamente-me puse honesta con él.

Desvié la mirada y me quedé viendo la ventana que daba a la calle.

-Descuida...se que se siente...que quieran cambiar toda tu vida, cuando ha costado tanto esfuerzo crearla en un lugar... y que te arranquen todo...

Ya no aguantaba más. Sentía ese desagradable nudo en la garganta.

Y no pude más, no podía seguir así. Había soportado por tanto tiempo. Tenía tanto que desahogar. Tanto que extrañar. Y nunca me había tomado el tiempo de pensar en ello de esa manera.

Antes de que hubiera derramado la primera lágrima, mi primo ya estaba consolándome, me había prestado su hombro, el cual había humedecido bastante con mis lágrimas, pero a él no le molestaba.

Lloré. Lloré tanto que pensé que se me acabarían las lágrimas en cualquier momento.
Él no había dicho ni una palabra por un largo rato...

-Pero sabes...sabes que es lo único que me había gustado de mudarme, cuando llegué a Marsellas...empecé desde cero, todos reiniciamos nuestras vidas, ya sabes, llegar a una ciudad nueva, donde nadie te conozca y tener el poder de ser quien tú quieras.

-Lo sé-respondí sonriendo-es como...empezar una nueva vida.

06 febrero, 2011

Oh la famille.

-Entonces regresamos a la casa y mi mamá dijo: "pero si esto no es perfume, es agua de colonia".-
Todos se rieron a carcajadas.
Estábamos sentados alrededor de la mesa, después de haber terminado el plato principal que mi madre nos había cocinado; pescado empanizado acompañado con ensalada y papas cocidas.

-Y aquí está.-tomó su mochila y sacó una caja blanca con bordes dorados-es para usted tía, eau de toilette traída directamente desde Francia.
-Oh Tony, merci-esparció un poco poniéndolo en su muñeca y oliéndolo maravillada- huele delicioso querido.
-Veo que mi tío se a quedado con ganas de algo de Francia también eh-sacó algo más de su mochila-no se preocupe que también hay algo para usted-le extendió una botella de vino-aquí tiene.
-Oh Tony, no cabe duda de que sigues siendo igual de agradable-mi padre tomó la botella y la acomodó en el estante donde guardaba las otras botellas.
-También hay algo para ustedes tres primos.
Nos extendió tres paquetes distintos a cada uno, de tamaños y colores distintos, el mio era el más pequeño, era ligero y venía en un paquete color plateado.
Lo abrí delicadamente, quitándole primero un listón y cuando lo abrí me quedé asombrada, era una cadena plateada con un dije precioso, lo acerqué a mi rostro y reconocí la Torre Eiffel.
-Es precioso Tony, muchas gracias.
-Si bueno, no me agradezcas a mi todo, mi madre también a ayudado a elegirlos, en especial los regalos de  las damas.
Mis hermanos recibieron una playera y un gorro con distinto diseño cada uno.

Después de agradecerle a Tony varias veces y de dejar los regalos a un lado, mi mamá trajo el postre, tarta de limón, comimos saboreando cada mordida y cuando terminamos, yo ya estaba bastante satisfecha.

-Y dinos querido ¿cuándo vendrán tus padres a visitarnos?-le preguntó mi mamá cariñosamente
-Si les soy sincero, no lo sé...espero que pronto-Tony le dio una mordida a una galleta de avena que tenía en su plato
-Ah a todo esto, mi padre me ha pedido que les de una noticia...-todos guardaron silencio-él a sido promovido en su trabajo, lo asignaron como jefe técnico internacional...y tendrá que mudarse otra vez-mi primo aspiró una gran cantidad de aire-...a Australia.
La mesa se llenó de sorpresa.
Pero mientras todos se habían distraido con la noticia, yo veía el rostro de Tony, su sonrisa forzada, los ojos apagados y su mente que parecía estar en otro lugar... muy lejos de ahí.
Mientras lo observaba desde el otro lado de la mesa, busqué un sentimiento o emoción adecuado para describir a Tony en ese momento pero no lo lograba encontrar; era algo entre angustia & tristeza pero simplemente no me pude decidir sólo por una.

Los demás estaban absortos, platicando acerca de lo que sabían de Australia, del calor extremo, los animales silvestres, las playas y el surf.

Pero yo en cambio, sólo tenía algo en mi cabeza en ese momento, era la primera vez que escuchaba la palabra mudarse en un tiempo, y lo único que se me vino a la cabeza era un recuerdo que había quedado guardado por quizás demasiado tiempo dentro de mi subconsciente, y ahora revivía.
 Me sofoqué, era, ese recuerdo,... cuando me dijeron que abandonaría mi pueblo para ir a un lugar desconocido con 30°C de diferencia.
Se me revolvíó el estómago.